20061118 15:11:00 webmaster
Caracas, 17 Nov. ABN.- Para nadie es un secreto que el Imperio y la oligarquía en Venezuela adelantan una nueva fase de la conspiración iniciada hace varios años a fin de impedir que, con el triunfo del presidente Hugo Chávez Frías y candidato a la reelección en los comicios del 3 de diciembre, se consoliden las conquistas sociales, políticas y económicas que ha realizado como líder del proceso revolucionario en su país, y como pionero y guía de la integración latinoamericana y caribeña.
Es una conjura con la que pretenden detener el avance de un líder y un proceso que han abierto caminos de esperanza para los millones de pobres que existen en Venezuela y en el resto de la región, quienes sobreviven desde hace siglos en medio del hambre, la miseria, la ignorancia, la enfermedad y otras plagas sociales, explotados por la voracidad insaciable del Imperio que ha saqueado sus recursos naturales en complicidad con unas élites que se niegan a perder sus privilegios
Estados Unidos, temeroso de perderlo todo ante el retroceso que registra el “viejo orden” en el continente que durante décadas consideró como su “patio trasero” y los oligarcas criollos, su “propiedad privada”, hoy juegan su última carta, ante la llegada de Chávez al poder, hecho que significó un hito histórico que abrió paso al nuevo mapa político, social y económico que exhibe la región, con el triunfo electoral de Lula en Brasil; Kirchner en Argentina; Tabaré en Uruguay; Evo en Bolivia y Ortega en Nicaragua.
No se trata este nuevo intento golpista, del antiguo modelo de conspiración disimulada que solía desplegar el Imperio como paso previo, algunas veces, al de una intervención armada, como las perpetradas a lo largo de un siglo en América Latina y el Caribe contra países cuyos dirigentes, dignos y soberanos, no se sometían a la voluntad del Imperio, sino de una conjura adelantada con cinismo y descaro, que tiene como “avanzada” a la oligarquía apoyada por los medios y pseudo dirigentes políticos.
Pretenden los conspiradores, confundir al pueblo venezolano, utilizando una “máscara” de “democracia” haciéndole creer que han dejado atrás su pasado de violencia y terrorismo, y para ello, han retomado aparentemente la vía electoral, presentando a un candidato que es la esencia misma del golpismo, maniobra distraccionista que, una vez cumplido su propósito, según sus planes, dará paso a una espiral de violencia, acaso más letal que la desatada durante el golpe de Estado del 11-A y el sabotaje petrolero de Dic. 2002-Ene.2003.
No obstante, la torpeza de los golpistas se evidenció una vez más, al presentar la candidatura de quien suscribió junto con algunos de sus estrategas de campaña, el Decreto de Pedro “El breve”, infamante documento que borró todo vestigio de democracia en el país, y ahora, utilizan al aspirante como caja de resonancia, haciéndolo leer en un monótono discurso que no es suyo, una andanada de insultos, ofensas y acusaciones falsas contra Chávez y el proceso, además de hacer promesas que por fantasiosas, está muy lejos de cumplir.
Sin embargo, esas promesas electoreras son apenas parte de la estrategia global de los golpistas, quienes para la consecución de su objetivo final, utilizan las más sofisticadas y modernas armas desarrolladas en los laboratorios de la guerra sucia del Imperio, para manipular la voluntad humana, mediante la aplicación de métodos psicológicos de efectiva acción subliminal, que afectan la mente de tal manera, que la mentira, por repetitiva, es convertida en verdad, de acuerdo con el principio goebbeliano.
De allí que, paralelamente con la actividad del candidato, los golpistas han organizado una especie de grotesco carnaval, en el que los medios hacen el papel de un bulevar por donde desfilan costosas carrozas pagadas en dólares, llenas de encuestas, “expertos” petroleros, politólogos y sesudos analistas, remanentes de una casi extinta especie de fósiles políticos, que compiten por el trofeo que se le ofrece a aquel que lance a mayor altura y distancia la serpentina, del ‘dogma’ irrebatible que sostiene el imposible triunfo electoral de Manuel Rosales.
Porque ese es el objetivo principal de los conspiradores: hacer creer a sus seguidores, y si es posible, al resto del país, que el 3-D la mayoría de los venezolanos votarán por su candidato, no importa lo distante que este se encuentre de Chávez en la intención de voto a todo lo largo de la campaña, desde su inicio y hasta hoy, cuando solo quedan 15 días para la celebración de las elecciones.
Porque de no ganar Rosales, dirán que hubo fraude, a pesar de que la transparencia de los comicios esté garantizada por el poder electoral representado por el CNE y su desarrollo será seguido por miles de observadores, representantes de organismos internacionales como la OEA, la Unión Europea, numerosas Organizaciones no Gubernamentales y otras organizaciones y personalidades especialmente invitadas a presenciar el histórico evento.
Rechazar un resultado adverso, es la clave a ser utilizada para abrir las puertas al plan desestabilizador que han organizado: una macabra conspiración que amenaza con repetir y magnificar etapas, sin importar el alto costo en vidas, sufrimiento, carencias que podrían generar, acaso con un saldo más elevado que el de pérdidas materiales que dejaron el golpe del 11-A y el sabotaje petrolero de Dic. 2002-Ene.2003, con su carga de guarimbas, paros y boicots del transporte aéreo, marítimo y terrestre
Los golpistas recurren a la opción conspirativa, conscientes de que por la vía de la legalidad no podrán alcanzar una victoria reservada a Chávez, porque el pueblo ha adquirido un alto grado de conciencia y cultura política que le impulsa a apoyar a un líder que lo está sacando de la pobreza, la ignorancia, la enfermedad y la exclusión, aplicando programas sociales como las “misiones” en el país y que en un hermoso gesto de amor y solidaridad algunas de ellas hoy se han extendido a otros pueblos hermanos.
No obstante, el candidato opositor, en un acto que pone al desnudo su egoísmo y mezquindad, critica esos programas, lo mismo que la venta de petróleo a precios solidarios y la donación de combustible a países y comunidades pobres del Caribe y de los EEUU que carecen de recursos económicos para de aliviar sus necesidades energéticas, debido al elevado precio que le cobran por el “oro negro” las transnacionales, costo que aumenta aún mas por la acción de los intermediarios.
Su carencia de valores llega a tal extremo, que despliega como bandera de su campaña electoral, la suspensión de esos acuerdos, en caso de ganar la Presidencia porque, según afirma, “es una regaladera de dinero que no reporta beneficios al país, posición rechazada por un pueblo generoso como el venezolano, que históricamente ha respondido al llamado de sus hermanos en desgracia, como fue la gesta del “Ejército forjador de Libertades” que atravesó los Andes para hacer libres a varias naciones hermanas.
Con argumentos como ese expuesto por Rosales, no se puede ir muy lejos en el camino hacia el apoyo y simpatía de un pueblo como el de Venezuela, así como tampoco con la perorata del mensaje que transmite en su discurso electoral, tan incoherente, repetitivo y monótono que tiene que ser auxiliado con breves intermedios musicales para mantener despierta a su escasa audiencia, y mucho menos llevando sobre sus espaldas el peso de un plan golpista que como los lanzados en el pasado por la oposición golpista, está desde ya, condenado a la derrota.
Porque los tiempos han cambiado y “esta revolución ha llegado para quedarse para siempre” como se lo dijo el Presidente Chávez a George W. Bush “porque sabe –le recordó- que sus lacayos no nos ganarán ninguna elección, ni las del 3D, ni más nunca” y al dirigirse a los conspiradores criollos, les aseguró que conoce muy bien sus planes, advirtiéndoles que “si llegan a activar el “Plan B” de la violencia y la guarimba electoral y el desconocimiento de los resultados, algún intento de sabotaje contra las instalaciones petroleras o un golpe de Estado, les vamos a dar un doble nocaut con el “Plan Ch”, rojo rojito”.
Echadas como están las cartas sobre la mesa, sería conveniente que, si a los conspiradores aún les queda la inteligencia que parecen haber perdido al insistir en su desbocada carrera de fracasos con la terquedad o irracionalidad de quien tropieza dos y hasta tres veces con la misma piedra, reflexionen sobre el próximo paso a dar, y por su propio bien y por el bien del pueblo venezolano, desistan de su empeño, porque de no hacerlo, no disfrutarán mas nunca de la impunidad que hasta ahora han tenido. .
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http://www.abn.info.ve/go_news5.php?articulo=70870&lee=15 17-11-06
http://www.ecuvives.org/
2455-que-lo-sepa-el-mundo-en-venezuela-se-fragua-un-nuevo-golpe
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2006-1
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